(C)HUS MUÑOZ

Chus Muñoz nos conduce, a través de paisajes desdibujados y envueltos en una suerte de nebulosa, a esas naturalezas ensoñadas en las que uno querría habitar.
A veces algo surge, entre los árboles, para impedir que nos adentremos en el espacio imaginado.
Son construcciones y torres de alta tensión que se entrelazan con el entorno, creando diálogos desconcertantes.
Formas que nos alejan de la esencia del paisaje romántico para recordarnos nuestro mundo. Ese que nos conecta por cables y redes a todas las comodidades que nos distancian, a veces, de la esencia de nuestra naturaleza.
Un precioso recordatorio en forma de delicadas veladuras de blancos y negros que nos devuelven una mirada poética sobre las cosas.